El piloto italiano, Valentino Rossi / FOTO: Tom Hevezi - AP
El Mundial de MotoGP cruza el ecuador este fin de semana en Sachsenring y no se ven visos de reacción por parte del que ha sido buque-insignia de la competición, Valentino Rossi. 'Il Dottore' sigue sin poder diagnosticar la enfermedad que ataca su box y esa Ducati Desmosedici GP11 de la que ya ha renegado, optando por montar una versión híbrida llamada GP11.1 que estrenó en Assen. Encontrar la configuración ideal es el caballo de batalla y por segundo Gran Premio deberá hacerlo sin su jefe técnico, Jerry Burgess, que sigue en Australia prestando apoyo a su esposa enferma.
Su peor racha en 15 años
Rossi está viviendo su peor período como piloto de carreras. Lleva 11 Grandes Premios sin subir a lo más alto del cajón, superando los 10 Grandes Premios que precisó en su debut en el Mundial de 125 cc en 1996. Y eso sucede cuando llega al Gran Premio número 250 de su carrera, sexto piloto de la historia con más carreras a su espalda, tras el líder Loris Capirossi, que regresa en Sachsenring tras superar su lesión, y los retirados Alex Barros, Jack Findlay, Bruno Kneubühler y Angel Nieto.
"Sabía que iba a ser complicado, pero si gano un campeonato la satisfacción será mayor porque lo haré con una fábrica italiana. Me encantan los nuevos retos, porque me dan mucha motivación", explicaba recientemente Rossi en un entrevista.
La decisión del dúo Rossi-Preziosi de jugarse el todo por el todo con un híbrido de las versiones GP11 y GP12 no fue nada baladí. Valentino afrontaba a partir de Silverstone pistas que se adaptan como un guante a su pilotaje, y donde ha triunfado repetidamente desde su debut en 500 cc en 2000, como Assen, Mugello, Sachsenring o Brno. En Holanda cosechó un cuarto puesto, pero cediendo 30"6 a la Yamaha de Spies. En Italia terminó sexto perdiendo 26"4 con la Yamaha de Lorenzo. "En Mugello empezamos a trabajar con una dirección nueva de puesta a punto. La usamos el domingo en el 'warm up' y no tuvimos mucho tiempo de trabajar con ella. En carrera la moto fue mejor que en entrenamientos, pero aún necesitamos experimentar más con esos 'settings'. Veremos si para Sachsenring tenemos una buena base de partida", explicaba ayer.
El problema de la GP11.1 sigue siendo en la parte anterior de la Desmosedici, que es lo que tiene en comun con la GP11. En la frenada y la entrada en curva no da confianza y pierde mucho tiempo. Sachsenring es otro de los 'territorios amigos' de Rossi, donde ha ganado cinco veces. Fue aquí donde el pasado año puso punto final a su baja, tras fracturarse la tibia y el peroné de su pierna derecha. Y recuerda aquella "como una bella carrera" ya que fue cuarto a 5"623 del ganador Dani Pedrosa y a sólo cuatro décimas de la tercera plaza que fue de Casey Stoner y la Ducati GP10.
La 1.000, tambien problemas
Pero si preocupante es el presente de Rossi con la GP11.1 más lo es el futuro de la GP12, ya que están entendiendo que "esta moto no va bien para el próximo año. En las pruebas con la mil he girado ligeramente más lento que los pilotos que se disputaron la victoria en Mugello. Los técnicos de Ducati tienen ya todos los datos y están trabajando para resolverlo"
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