Sus cuatro goles firmaron la debacle amarilla en la segunda mitad tras el 0-1 al descanso
| OPORTO | 5 |
|---|---|
| VILLARREAL | 1 |
Oporto: Hélton; Sapunaru, Rolando, Otamendi, Álvaro Pereira; Guarín (Souza, min. 79), Fernando, Moutinho; Hulk (James, min. 84), Falcao y Christian Rodríguez (Varela, min. 70).
Villarreal: Diego López; Mario, Musacchio, Marchena, Catalá; Cazorla, Borja Valero (Wakaso, min. 66), Bruno Soriano, Cani (Matilla, min. 70); Nilmar (Marco Ruben, min. 70) y Rossi.
Goles: 0-1, min. 44: Cani. 1-1, min. 48: Falcao de penalti. 2-1, min. 61: Guarín. 3-1, min. 68: Falcao. 4-1, min. 76: Falcao. 5-1, min. 90: Falcao.
Árbitro: Bjon Kuipers (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Fernando (min. 5) y a Hulk (min. 25) por el Oporto y a Borja Valero (min.40), Diego López (min. 48) y Catalá (min. 73) por el Villarrreal.
Incidencias: Estadio de Dragao de Oporto, ante cerca de 45.000 espectadores.
Villarreal: Diego López; Mario, Musacchio, Marchena, Catalá; Cazorla, Borja Valero (Wakaso, min. 66), Bruno Soriano, Cani (Matilla, min. 70); Nilmar (Marco Ruben, min. 70) y Rossi.
Goles: 0-1, min. 44: Cani. 1-1, min. 48: Falcao de penalti. 2-1, min. 61: Guarín. 3-1, min. 68: Falcao. 4-1, min. 76: Falcao. 5-1, min. 90: Falcao.
Árbitro: Bjon Kuipers (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Fernando (min. 5) y a Hulk (min. 25) por el Oporto y a Borja Valero (min.40), Diego López (min. 48) y Catalá (min. 73) por el Villarrreal.
Incidencias: Estadio de Dragao de Oporto, ante cerca de 45.000 espectadores.
Miguel Á. Vara | 29/04/2011
Radamel Falcao es el nombre que el Villarreal tardará años en olvidar. El colombiano echó por tierra la sensacional primera parte del Submarino y se engulló el tanto de Cani con cuatro dianas para lanzar al Oporto muy cerca de Dublín. A los amarillos les duraron las piernas una hora pero luego se derrumbaron y salieron goleados de O Dragao. Sólo un milagro, un partido perfecto, una machada terrible les permitiría jugar su primera final pero a eso se debe agarrar el Villarreal, que salió anoche muy tocado de Portugal.
Y eso que nada hacía presagiar ese hundimiento. En el primer acto los amarillos pudieron sentenciar la semifinal porque el 0-1 de Cani al borde del descanso se antojaba corto. Dublín parecía muy cerca y el pasaporte se estaba sellando a base de un gran fútbol que los dragones no sabían cómo frenar. Pero a este Villarreal los partidos se le hacen muy largos y más si no los mata cuando tiene al rival casi arrodillado. Eso y que el Oporto es un gran equipo que aúna físico, calidad, velocidad y muchísima pegada, es decir, un espectacular Falcao. La conexión colombiana fue la encargada de liderar la remontada local que parecía nacer de la nada. El fuego blanquiazul se fue avivando primero con un penalti, luego con una poderosa cabalgada de Guarín que puso a los suyos por delante y, después, con el festival de Falcao, un caníbal del área que anoche le ganó el pulso a Rossi y Nilmar.
Ahí estuvo el hecho diferencial, en el acierto rematador. Porque aunque el 5-1 final sepulte cualquier otra consideración, lo cierto es que el Submarino tuvo llegadas para hacer más goles pero pagó muy caro el contar con una defensa endeble, con tres canteranos, demasiado para soportar la avalancha que se les vino encima cuando el Oporto olió sangre y fue a devorar a su pieza. Ese capacidad de ser letal fue lo que le faltó al Villarreal, al que tampoco le llegó la gasolina de su corta plantilla y ve esfumarse una final de la que le expulsó Falcao.
Y eso que nada hacía presagiar ese hundimiento. En el primer acto los amarillos pudieron sentenciar la semifinal porque el 0-1 de Cani al borde del descanso se antojaba corto. Dublín parecía muy cerca y el pasaporte se estaba sellando a base de un gran fútbol que los dragones no sabían cómo frenar. Pero a este Villarreal los partidos se le hacen muy largos y más si no los mata cuando tiene al rival casi arrodillado. Eso y que el Oporto es un gran equipo que aúna físico, calidad, velocidad y muchísima pegada, es decir, un espectacular Falcao. La conexión colombiana fue la encargada de liderar la remontada local que parecía nacer de la nada. El fuego blanquiazul se fue avivando primero con un penalti, luego con una poderosa cabalgada de Guarín que puso a los suyos por delante y, después, con el festival de Falcao, un caníbal del área que anoche le ganó el pulso a Rossi y Nilmar.
Ahí estuvo el hecho diferencial, en el acierto rematador. Porque aunque el 5-1 final sepulte cualquier otra consideración, lo cierto es que el Submarino tuvo llegadas para hacer más goles pero pagó muy caro el contar con una defensa endeble, con tres canteranos, demasiado para soportar la avalancha que se les vino encima cuando el Oporto olió sangre y fue a devorar a su pieza. Ese capacidad de ser letal fue lo que le faltó al Villarreal, al que tampoco le llegó la gasolina de su corta plantilla y ve esfumarse una final de la que le expulsó Falcao.
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