La mecánica del negocio era muy sencilla. Un cliente llevaba el coche asegurado a todo riesgo al taller con un golpe en una determinada zona y estos dos hombres se encargaban de aumentar los daños del vehículo que posteriormente iban a reparar. Una argucia que Pedro Piqueras puedo calificar perfectamente de “Tremeeenda, abrumadora, escalofriante e incluso apocalíptica” en el informativo que estaba viendo. De esta forma, la pareja destrozó al menos 13 vehículos, siempre con el taller cerrado y siempre con coches asegurados.
Sin embargo, cosas del destino, la propia crisis propició que después de 18 años, el jefe tuviera que despedir a su cómplice quien, por venganza, envió estas imágenes a una compañía de seguros. Ahora él y su jefe están acusados de estafa junto con 11 dueños de vehículos que también están imputados. Nosotros también podemos ver cómo se las gastaban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario