Neymar saluda a Messi tras la entrega de trofeos del Mundial
/ FOTO: YURIKO NAKAO
El crack brasileño y su familia conocen de
primera mano de parte del FC Barcelona cómo debe ir evolucionando su
juego para encajar en la maquinaria del equipo de Guardiola.
Debe esforzarse por abrir el campo
Neymar está acostumbrado a jugar con libertad de movimientos en el frente de ataque del Santos. Le sobra calidad para ello y se lo ha ganado. Su tendencia natural es partir de banda izquierda para acabar por el centro, donde tiene más opción de tiro con su pierna buena, la derecha. En el Barça debería cambiar porque aquí los técnicos también le ven partiendo desde la banda pero con la misión de romper hacia dentro, aunque también muchas veces hacia fuera. Es decir, enganchado a la línea de cal y apurando la línea de fondo para centrar hacia atrás. Calidad tiene porque le sobra dribling y, pese a ser diestro, usa muy bien las dos piernas. Pero es un esfuerzo que deberá hacer porque jugar en banda en el Barça ya fue un gran reto para otros cracks que no acabaron de asimilarlo. Henry y Eto'o, sin ir más lejos.
Mejorar en el juego asociativo y la presión
Neymar se ha hecho un nombre con sólo 19 años a fuerza de meter goles y de superar adversarios gracias a su depurada técnica para el regate, el amago y la finta. Eso en el Barça es primordial para un delantero. Como lo es el saber asociarse con sus compañeros. La base del juego del Barça es la posesión del balón, que desgasta al rival y es la mejor forma de defenderse. Una posesión hipnótica basada en la gran calidad de los jugadores de Guardiola para pasarse y pasarse la bola sin que se la quiten. Y cuando el rival está despistado, el golpe: un cambio de juego, o un pase interior letal o una acción personal de alguno de los cracks para asestar el hachazo definitivo y lograr el gol. Neymar debe mejorar porque es un driblador nato y en el Barça deberá regatear menos y pasar más. Como también tendrá que correr hacia atrás cuando pierda un balón y saltar a las presiones como hacen los futbolistas de Pep en fase defensiva. Deberá cambiar de chip porque aquí muerde en defensa y corre hacia atrás hasta Messi.
Concienciarse del juego de posición del Barça
En el Barça, cada jugador sabe en todo momento dónde hay un compañero. Y eso no quiere decir que los futbolistas de Guardiola jueguen siempre en el mismo sitio y en la misma ubicación, sino todo lo contrario. Las permutas son constantes en el Barça, pero lo que está claro es que en cada posición del sistema táctico dispuesto por Guardiola siempre debe haber alguien, con lo que los relevos están a la orden del día y la coordinación debe ser total. Los espacios no se ocupan de forma estática, sino que los jugadores tienen que llegar a ellos. Neymar, por definición, es un futbolista anárquico que en el Barça debería reciclarse. Es algo que se perfecciona jugando y entrenando, pero que ya se puede ir asimilando viendo vídeos del Barça. Y en eso está ya el delantero del Santos.
Paciencia, paciencia y más paciencia
Neymar está habituado a jugarse muchas de las posesiones de balón del Santos. Es lógico, es el mejor del equipo y casi todo el mundo le busca a él, sobre todo en los momentos de máxima tensión. Y el crack se la juega, asumiendo ese rol. En el Barça eso hay que saber dosificarlo. Lejos quedan ya los tiempos en que Leo Messi buscaba el slalom imposible en cada acción porque eso era lo que gustaba a la gente o lo que esperaban algunos de sus compañeros, o porque el mismo se auto-responsabilizaba en exceso. Ahora Leo se dosifica esperando el momento justo para saltar y dar el zarpazo letal. Y no pasa nada porque se pase algún minuto sin aparecer, porque cuando lo hace es en plenitud de facultades. Ese debe ser el espejo de Neymar: si Messi se dosifica, también deberá hacerlo él.
Comportamiento ético acorde al 'estilo Barça'
Neymar ha protagonizado episodios lamentables con técnicos (Dorival Junior acabó despedido del Santos por enfrentarse a él), compañeros (en más de una ocasión ha abroncado a alguno durante un partido o se ha saltado consignas del entrenador en faltas y penaltis) e incluso con rivales (le han acusado de humillar a algún contrario con sus regates de 'free-style' y fue protagonista activo de la tangana con Peñarol en la final de la Copa Libertadores).
Este tipo de comportamientos no caben en este Barça, en que el respeto al cuerpo técnico, a los compañeros y a los rivales es innegociable. Neymar lo sabe y ya parece estar en la línea de actitud correcta, pero cualquier desliz sería interpretado desde ya por el barcelonismo, tanto en el club como por parte de la afición, como una mancha en su expediente. Y no es cuestión de empezar a caer mal en un sitio incluso antes de haber aterrizado en él.
Debe esforzarse por abrir el campo
Neymar está acostumbrado a jugar con libertad de movimientos en el frente de ataque del Santos. Le sobra calidad para ello y se lo ha ganado. Su tendencia natural es partir de banda izquierda para acabar por el centro, donde tiene más opción de tiro con su pierna buena, la derecha. En el Barça debería cambiar porque aquí los técnicos también le ven partiendo desde la banda pero con la misión de romper hacia dentro, aunque también muchas veces hacia fuera. Es decir, enganchado a la línea de cal y apurando la línea de fondo para centrar hacia atrás. Calidad tiene porque le sobra dribling y, pese a ser diestro, usa muy bien las dos piernas. Pero es un esfuerzo que deberá hacer porque jugar en banda en el Barça ya fue un gran reto para otros cracks que no acabaron de asimilarlo. Henry y Eto'o, sin ir más lejos.
Mejorar en el juego asociativo y la presión
Neymar se ha hecho un nombre con sólo 19 años a fuerza de meter goles y de superar adversarios gracias a su depurada técnica para el regate, el amago y la finta. Eso en el Barça es primordial para un delantero. Como lo es el saber asociarse con sus compañeros. La base del juego del Barça es la posesión del balón, que desgasta al rival y es la mejor forma de defenderse. Una posesión hipnótica basada en la gran calidad de los jugadores de Guardiola para pasarse y pasarse la bola sin que se la quiten. Y cuando el rival está despistado, el golpe: un cambio de juego, o un pase interior letal o una acción personal de alguno de los cracks para asestar el hachazo definitivo y lograr el gol. Neymar debe mejorar porque es un driblador nato y en el Barça deberá regatear menos y pasar más. Como también tendrá que correr hacia atrás cuando pierda un balón y saltar a las presiones como hacen los futbolistas de Pep en fase defensiva. Deberá cambiar de chip porque aquí muerde en defensa y corre hacia atrás hasta Messi.
Concienciarse del juego de posición del Barça
En el Barça, cada jugador sabe en todo momento dónde hay un compañero. Y eso no quiere decir que los futbolistas de Guardiola jueguen siempre en el mismo sitio y en la misma ubicación, sino todo lo contrario. Las permutas son constantes en el Barça, pero lo que está claro es que en cada posición del sistema táctico dispuesto por Guardiola siempre debe haber alguien, con lo que los relevos están a la orden del día y la coordinación debe ser total. Los espacios no se ocupan de forma estática, sino que los jugadores tienen que llegar a ellos. Neymar, por definición, es un futbolista anárquico que en el Barça debería reciclarse. Es algo que se perfecciona jugando y entrenando, pero que ya se puede ir asimilando viendo vídeos del Barça. Y en eso está ya el delantero del Santos.
Paciencia, paciencia y más paciencia
Neymar está habituado a jugarse muchas de las posesiones de balón del Santos. Es lógico, es el mejor del equipo y casi todo el mundo le busca a él, sobre todo en los momentos de máxima tensión. Y el crack se la juega, asumiendo ese rol. En el Barça eso hay que saber dosificarlo. Lejos quedan ya los tiempos en que Leo Messi buscaba el slalom imposible en cada acción porque eso era lo que gustaba a la gente o lo que esperaban algunos de sus compañeros, o porque el mismo se auto-responsabilizaba en exceso. Ahora Leo se dosifica esperando el momento justo para saltar y dar el zarpazo letal. Y no pasa nada porque se pase algún minuto sin aparecer, porque cuando lo hace es en plenitud de facultades. Ese debe ser el espejo de Neymar: si Messi se dosifica, también deberá hacerlo él.
Comportamiento ético acorde al 'estilo Barça'
Neymar ha protagonizado episodios lamentables con técnicos (Dorival Junior acabó despedido del Santos por enfrentarse a él), compañeros (en más de una ocasión ha abroncado a alguno durante un partido o se ha saltado consignas del entrenador en faltas y penaltis) e incluso con rivales (le han acusado de humillar a algún contrario con sus regates de 'free-style' y fue protagonista activo de la tangana con Peñarol en la final de la Copa Libertadores).
Este tipo de comportamientos no caben en este Barça, en que el respeto al cuerpo técnico, a los compañeros y a los rivales es innegociable. Neymar lo sabe y ya parece estar en la línea de actitud correcta, pero cualquier desliz sería interpretado desde ya por el barcelonismo, tanto en el club como por parte de la afición, como una mancha en su expediente. Y no es cuestión de empezar a caer mal en un sitio incluso antes de haber aterrizado en él.
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